Se calienta el
agua hasta hervir, lo que nos garantiza la eliminación de cualquier microorganismo.
Añade unas cucharaditas de papilla y se remueve hasta que espese con la
consistencia de un yogurt.
No deben quedar
grumos en la papilla.
Se deja reposar
unos minutos y añada agua si fuera necesario. Comprueba que la papilla no quema
(debe estar alrededor de 37ºC) y esto se puede comprobar con un termómetro o
poniendo un poco de papilla en su muñeca (como se hace para comprobar si quema
la leche de los bebés).
La papilla se
introduce en la jeringa tirando del embolo.
Atención, vaya
con calma, introduzca la jeringuilla en el pico y apriete suavemente dando
tiempo al pollito
a que trague a su ritmo, porque al polluelo le puede pasar la
comida en lugar de por el esófago, a través de la traquea, directamente al
pulmón, con la consecuencia de que podría morir.
Prepare lo
justo para cada toma y tire la papilla que haya sobrado.
Para alimentar
al polluelo, debe cogerle de forma vertical, nunca tumbado ni boca arriba. El
polluelo tragará su comida y la llevará al buche (que viene a ser un almacén),
allí la papilla será claramente visible a través de la piel de la parte
inferior del cuello, y durante las siguientes horas le irá pasando a su
estómago.
El buche nunca
debe de estar demasiado lleno ni tener la piel demasiado tersa, siempre debe
quedar la piel con algo de holgura.
Si observa que tiene aún
comida en el buche, NO le dé de comer al polluelo, porque la
comida que tiene dentro se fermentará, y enfermará con toda seguridad.
Si entre toma y
toma el buche no se ha vaciado deberá darle menos cantidad de comida.
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